Miss Universo, quien es católica, se gana los corazones de sus compatriotas nicaragüenses oprimidos por el régimen
CIUDAD DE MÉXICO (OSV News) -- El pueblo nicaragüense salió a las calles después de que Sheynnis Palacios fuera coronada Miss Universo, celebrando el éxito de una compatriota que ha ascendido desde sus humildes orígenes hasta la fama internacional.
Mostraron eufóricas expresiones de orgullo y patriotismo, ondeando la bandera azul y blanca del país, un símbolo considerado subversivo por el régimen sandinista en el poder, que ha impuesto su propia bandera roja y negra. También se arriesgaron a la ira del régimen al congregarse en público, violando las normas contra las reuniones públicas, tan severas que incluso se han prohibido las procesiones en días festivos.
"Ha sido para los nicaragüenses una verdadera explosión de alegría que nada lo pudo impedir", dijo el padre Edwin Román, un sacerdote nicaragüense ahora exiliado en Miami.
"¡Para los nicaragüenses esto es más que un certamen de belleza!", dijo a OSV News Yader Morazán, un abogado nicaragüense exiliado. "La Miss Universo 2023 se convirtió en un símbolo patrio que encarna la historia de un pueblo pobre, humilde y sufrido, pero trabajador, y con sueños y deseo de superación y libertad".
Su victoria también supuso un raro momento de alivio para Nicaragua, que estalló en protestas contra el régimen del presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, en 2018, solo para ser reprimidas violentamente por la policía y los paramilitares. El régimen también ha reprimido la disidencia, ha encarcelado y exiliado a disidentes y ha perseguido a la Iglesia Católica, incluso deteniendo y condenando al obispo Rolando Álvarez de Matagalpa, que sigue tras las rejas.
"¡Gracias por hacer brillar en tu belleza el nombre de nuestra patria! ¡Gracias por llevar alegría a nuestro sufrido pueblo!", escribió en X el obispo auxiliar Silvio José Báez tras el certamen. "¡Gracias por hacernos tener esperanza en un futuro más hermoso para nuestro país!".
Sin embargo, apenas Palacios ganó la corona en el certamen del 18 de noviembre, el régimen cada vez más totalitario de ese país centroamericano politizó el logro, intentando apoderarse de él.
En un primer momento, el régimen felicitó a Palacios en un comunicado en el que expresaba su "legítimo orgullo y alegría".
Pero la victoria y las muestras de apoyo pusieron al régimen en un aprieto: los medios de comunicación progubernamentales hablaron mal de Palacios antes del concurso de belleza. Y más tarde se supo que su nombre aparecía en una lista de pasajeros de una compañía aérea a los que se denegaba la entrada en Nicaragua, una forma de exilio impuesta a los críticos con el régimen.
Según CNN, a la organizadora del concurso de Miss Nicaragua se le denegó posteriormente la entrada en el país.
"Tuvieron que hacer malabarismos para contrarrestar su aversión a la miss y a lo que representa, especialmente para los jóvenes, sin oponerse abiertamente al abrumador sentimiento público de alegría y orgullo que provocó su victoria", declaró a OSV News Tiziano Breda, investigador del Instituto Italiano de Asuntos Internacionales.
Murillo, la portavoz del régimen, arremetió más tarde contra los críticos, diciendo: "En estos días de una nueva victoria, vemos el aprovechamiento grosero, y la tosca y malvada comunicación terrorista, que pretende convertir un lindo y merecido momento de orgullo y celebración, en golpismo destructivo", según The Associated Press.
Palacios fue la primera nicaragüense y la primera centroamericana en obtener el título de Miss Universo. Se pensó que su vestido azul y blanco con joyas era un homenaje a la Virgen María, aunque otros dijeron que estaba inspirado en la bandera nacional.
Criada como católica e hija de una madre soltera que migró a Estados Unidos para darle un mejor futuro a su familia, Palacios se licenció en comunicaciones en la Universidad Centroamericana (UCA) de Nicaragua. Ella obtuvo becas y vendió buñuelos para financiar sus estudios en dicha universidad -- regentada por jesuitas y recientemente incautada y rebautizada por el régimen.
En una entrevista en inglés con ABS-CBN tras su victoria, Palacios habló de su fe. "Soy una persona cristiana, católica", dijo. "Cuando digo gracias Dios es porque esta corona no es mía, es para él. Es para todas las delegadas y también para mi país y mi familia".
"Sheynnis, una joven ejemplar de mucho esfuerzo, sacrificio, dedicación por ganar este certamen y otros concursos de belleza, sino de fe cristiana y valores transmitidos en su hogar como ella lo refiere a su mamá y abuela, además la buena preparación académica en colegios y universidades católicos", dijo el padre Román.
Palacios había publicado en Facebook una foto asistiendo a una protesta en 2018, pero la borró, según The Associated Press. Ella se ha mantenido alejada de la política desde que se convirtió en Miss Universo, diciendo a CNN: "Quiero decir que estoy muy contenta por darle alegría a mi país, por realmente ver que cada uno de ellos está disfrutando este triunfo al igual que yo".
El padre Román instó a los nicaragüenses a mantener a Palacios alejada de la política.
"Deben saber distinguir que no es su papel. Es una embajadora de la belleza universal", dijo el padre Román. "Que la dictadura sandinista no pretenda manipular su imagen".- - -
BRIEF: CIUDAD DE MÉXICO (OSV News) -- Los nicaragüenses salieron a las calles después de que Sheynnis Palacios fuera coronada Miss Universo, celebrando el éxito de una compatriota que ha ascendido desde sus humildes orígenes hasta el renombre internacional. Mostraron expresiones desenfrenadas de orgullo y patriotismo, ondeando la bandera azul y blanca del país, un símbolo considerado subversivo por el régimen sandinista gobernante, que ha impuesto su propia bandera roja y negra en su lugar. También se arriesgaron a la ira del régimen al congregarse en público, violando las normas contra las reuniones públicas, tan severas que incluso se han prohibido las procesiones en días festivos. "Ha sido para los nicaragüenses una verdadera explosión de alegría que nada lo pudo impedir", dijo el padre Edwin Román, un sacerdote nicaragüense ahora exiliado en Miami. "¡Para los nicaragüenses esto es más que un certamen de belleza!", dijo a OSV News Yader Morazán, abogado nicaragüense exiliado. "La Miss Universo 2023 se convirtió en un símbolo patrio que encarna la historia de un pueblo pobre, humilde y sufrido, pero trabajador, y con sueños y deseo de superación y libertad", dijo Morazán. En una entrevista concedida a ABS-CBN tras su victoria, Palacios habló de su fe: "Soy una persona cristiana, católica. ... Cuando digo 'Gracias Dios' es porque esta corona no es mía, es para él. Es para todas las delegadas y también para mi país y mi familia". Apenas Palacios ganó la corona en el certamen del 18 de noviembre, el régimen cada vez más totalitario de ese país centroamericano politizó el triunfo, intentando apoderarse de él. El padre Román instó a los nicaragüenses a mantener a Palacios alejada de la política. "Deben saber distinguir que no es su papel. Es una embajadora de la belleza universal", dijo el padre Román. "Que la dictadura sandinista no pretenda manipular su imagen".