Las riquezas pueden ser una carga que impide a la gente seguir a Jesús, dice el Papa Francisco

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Jesús ama a las personas tal y como son, no en función de sus méritos o su rectitud, dice el texto para la audiencia general semanal del Papa Francisco.

"Precisamente porque Jesús mira en el interior de cada uno de nosotros, nos ama tal como somos realmente", dice el texto preparado para el 9 de abril.

"¿Qué ve Jesús cuando mira en nuestro interior y nos ama, a pesar de nuestras distracciones y nuestros pecados? Ve nuestra fragilidad, pero también nuestro deseo de ser amados tal como somos", escribió.

Mientras el Papa Francisco no celebraba audiencias por encontrarse aún convaleciente de una neumonía bilateral y múltiples infecciones, el Vaticano ha ido publicando cada miércoles los textos preparados para sus audiencias generales.

Durante el Año Santo 2025, las audiencias del Santo Padre se han centrado en el tema "Jesucristo, nuestra esperanza". Continuando con una serie de catequesis que analiza los los encuentros de Jesús con diferentes personas que son narrados en los Evangelios y cómo el encuentro con él cambió sus vidas, el texto del 9 de abril se centró en la presentación de San Marcos del encuentro de Jesús con "el hombre rico".

El relato evangélico (Mc 10, 17-31) narra la historia de un hombre rico anónimo que pregunta a Jesús qué debe hacer para "heredar la vida eterna", después de insistir en que ha observado todos los mandamientos desde su juventud.

El Papa Francisco, en su texto, pidió a la gente que se fijara en que el hombre utiliza el verbo "heredar",indicando que "la vida eterna es para él una herencia, algo que se obtiene por derecho, a través de una meticulosa observancia de los compromisos".

Sin embargo, "como la observancia de la ley no le ha dado la felicidad y la seguridad de ser salvado, se dirige al maestro Jesús", escribió el Papa.

El hombre se da cuenta de que le falta algo y sigue buscando el sentido de su vida, decía el texto. Y en efecto, "más allá de las cosas que hacemos, de los sacrificios o de los éxitos, lo que realmente importa para ser feliz es lo que llevamos en el corazón".

"Lo que llama la atención es que este hombre no conoce el vocabulario de la gratuidad", escribió el Papa. "Todo parece debido. Todo es una obligación. ... Pero en una vida vivida así, aunque ciertamente a fin de bien, ¿qué espacio puede tener el amor?".

Jesús, sin embargo, mira al hombre y le ama incluso antes de invitarle a seguirle, escribió el Papa. "Lo ama tal como es. El amor de Jesús es gratuito: exactamente lo contrario de la lógica del mérito que atormentaba a esta persona".

"Somos realmente felices cuando nos damos cuenta de que somos amados así, gratuitamente, por gracia", escribió. "Y esto también vale en las relaciones entre nosotros: mientras intentemos comprar el amor o mendigar afecto, esas relaciones nunca harán que nos sintamos felices".

Jesús le invita entonces a vender todo lo que tiene, dárselo a los pobres y "cambiar su forma de vivir y de relacionarse con Dios", escribió. "Jesús reconoce que, dentro de él, como en todos nosotros", lo que falta es "el deseo que llevamos en el corazón de ser queridos".

Para llenar este vacío, "no hay que 'comprar' reconocimiento, afecto, consideración; en cambio, hay que 'vender' todo lo que nos pesa, para liberar nuestro corazón. No sirve de nada seguir quedándonos con las cosas, sino más bien dar a los pobres, poner a disposición, compartir", dice el texto del Papa.

Jesús también invita a este hombre a no seguir solo y triste, sino a seguirle, crear un vínculo y experimentar una relación, escribió. "Quizá hoy, precisamente porque vivimos en una cultura de autosuficiencia e individualismo, nos descubrimos más infelices, porque ya no oímos pronunciar nuestro nombre por alguien que nos quiere gratuitamente".

A veces, escribió el Papa, lo que pensamos que son riquezas "en cambio, son solo pesos que nos están bloqueando. La esperanza es que esta persona, como cada uno de nosotros, tarde o temprano pueda cambiar y decidir ir a alta mar" con Jesús como guía y compañero.

El Papa pidió rezar por "todas las personas tristes e indecisas, para que puedan sentir la mirada de amor del Señor, que se conmueve al mirar con ternura dentro de nosotros".