byPor Cindy Wooden, Catholic News Service
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CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- María no es una "estatua de cera inmóvil", sino una discípula que quiere compartir la buena noticia de Jesús con todo el mundo y tiende la mano para ayudarles y consolarles, dijo el Papa Francisco.
Recitando la oración del Ángelus con los visitantes en la Plaza de San Pedro el 15 de agosto, fiesta de la Asunción de la Virgen María al cielo, el Papa confió al cuidado de María a las personas de todo el mundo que sufren la guerra.
"A María Reina de la Paz, a quien hoy contemplamos en la gloria del Paraíso, quisiera confiar una vez más las angustias y los dolores de los pueblos que en tantas partes del mundo sufren tensiones sociales y guerras. Pienso en particular en la atormentada Ucrania, en Oriente Medio, en Palestina, en Israel, en Sudán y en Myanmar", dijo.
"Que la Madre celestial obtenga para todos consuelo y un futuro de serenidad y concordia", dijo el Papa.
Mientras el Papa recitaba la oración, la oficina de prensa del Vaticano emitió un comunicado diciendo que el cardenal Matteo Zuppi de Bolonia, enviado del Papa para la paz en Ucrania, mantuvo una conversación telefónica el 14 de agosto con Li Hui, representante especial del gobierno chino para asuntos euroasiáticos. Ambos se habían reunido en persona en Pekín en septiembre para discutir la forma en que China podría contribuir a la paz entre Rusia y Ucrania.
"Durante la llamada telefónica, se expresó gran preocupación por la situación y la necesidad de fomentar el diálogo entre las partes, con las debidas garantías internacionales para una paz justa y duradera", dice el comunicado del Vaticano. La llamada tuvo lugar mientras Ucrania afirmaba que sus tropas continuaban la incursión en Rusia, que comenzó el 6 de agosto.
En un artículo publicado el 15 de agosto en Avvenire, el periódico de la Conferencia Episcopal Italiana, el cardenal Zuppi afirmó: "Hay algunos signos de paz, solidaridad y voluntad de diálogo aquí y allá". Señaló los esfuerzos para ayudar a los niños en Ucrania, para liberar a los rehenes de Hamás en Gaza y el reciente intercambio de prisioneros entre Estados Unidos y Rusia.
Pero también hay pequeños signos de paz compartidos cada vez que una persona ayuda a otra, dijo. "Hay que reconocer que estos gestos son tan pequeños como semillas que echan raíces que no se ven, pero crecen".
El Papa Francisco también dijo a los reunidos en el Vaticano para la oración del mediodía en la solemnidad de la Asunción que continúa siguiendo "con preocupación la gravísima situación humanitaria en Gaza", y volvió a pedir "el alto al fuego en todos los frentes, la liberación de los rehenes y la ayuda a la población exhausta. Animo a todos a hacer todo lo posible para que el conflicto no se agrave y a seguir las vías de negociación para que esta tragedia termine pronto. No lo olvidemos: La guerra es la derrota".