Equipo médico vuelve a modificar el tratamiento del Papa después de que las pruebas revelan una 'infección polimicrobiana'

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- En su cuarto día en el hospital Gemelli de Roma, el Papa Francisco se encontraba sin fiebre y dedicó algo de tiempo al trabajo, según informó el Vaticano.

"El Santo Padre continúa apirético (sin fiebre) y continúa con la terapia prescrita", dijo el boletín vespertino del Vaticano el 17 de febrero. "Su estado clínico es estacionario"."Esta mañana ha recibido la Eucaristía y después se ha dedicado a algunos trabajos y a la lectura de textos", dijo el boletín. Un funcionario dijo que un miembro del personal de la Secretaría de Estado del Vaticano, que coordina gran parte del trabajo de la Curia Romana, probablemente trajo los textos al Papa.

"El Papa Francisco está conmovido por los numerosos mensajes de afecto y cercanía que sigue recibiendo en estas horas; en particular, desea dirigir su agradecimiento a los que se encuentran hospitalizados, por el afecto y el cariño que le expresan a través de dibujos y mensajes de buenos deseos; reza por ellos y pide que recen por él", dijo el boletín oficial.

La sala de oncología y neurocirugía pediátrica del Gemelli se encuentra en la 10ª planta del hospital, junto a la suite de habitaciones reservadas al Papa, sus ayudantes y su seguridad.

Anteriormente, el 17 de febrero, el Vaticano había dicho que los resultados de las pruebas que llegaron esa mañana mostraron que el Papa está sufriendo una "infección polimicrobiana de las vías respiratorias", según revelaron los resultados de las pruebas el 17 de febrero, "lo que requirió una nueva modificación de su tratamiento". Polimicrobiana significa que están implicados múltiples patógenos. Los médicos también habían ajustado la medicación del Papa tras las pruebas del 15 de febrero.

"Todas las pruebas realizadas hasta la fecha indican una compleja condición clínica que requerirá un internamiento hospitalario adecuado", señaló el boletín del 17 de febrero. Matteo Bruni, director de la oficina de prensa del Vaticano, se negó a predecir cuánto tiempo estaría hospitalizado el Papa, pero anunció que la audiencia general semanal del Papa del 19 de febrero había sido cancelada.

El Papa, de 88 años, ingresó en el hospital Gemelli de Roma el 14 de febrero tras más de una semana de padecer bronquitis y dificultades respiratorias. Se le diagnosticó una infección de las vías respiratorias.

Previamente, Bruni había dicho a los periodistas el 17 de febrero que el Papa había dormido bien, se había levantado y desayunado y que estaba leyendo periódicos y continuando su terapia. Estaba de buen humor, dijo.

El Vaticano no ha dicho qué sucederá con la Misa y la ordenación de diáconos permanentes que el Papa tenía previsto presidir el 23 de febrero como parte del Jubileo de los Diáconos. La Prefectura de la Casa Pontificia, que organiza muchas de las reuniones del Papa, canceló las citas programadas hasta el 22 de febrero.

Los periódicos italianos informaron el 17 de febrero de que el Papa Francisco pidió que un ayudante llamara por teléfono a la parroquia de la Sagrada Familia de Gaza durante sus dos primeras noches en el hospital para seguir sabiendo de los sacerdotes, religiosos y cientos de familias que se refugian allí. El Papa ha estado llamando a la parroquia todas las noches durante meses.

"El Papa nos llamó el viernes y el sábado; estaba de buen humor, con la voz un poco cansada, pero quería saber cómo estábamos", dijo un funcionario anónimo de la parroquia que habló con la cadena de televisión italiana TGcom24. "Un ayudante le pasó el teléfono y pudo hablar con nosotros".

Sin embargo, según el funcionario, el 16 de febrero "descansó y sabíamos que no llamaría".

Según Vatican News, el padre Gabriel Romanelli, párroco de la Sagrada Familia, explicó que el Santo Padre los llamó los dos primeros días de su hospitalización: "Escuchamos su voz. Es cierto, está más cansado. Él mismo dijo: 'Tengo que cuidarme'".

Luego, el 16 de febrero, "el Papa Francisco me envió un mensaje escrito a mi cellular", dijo el padre Romanelli a Vatican News. Los feligreses sabían que el Papa no llamaría, pero no esperaban el mensaje, que agradecía a los feligreses sus oraciones y les transmitía su bendición.

El Papa, quien fue operado en 1957 para extirpar parte de uno de sus pulmones tras sufrir una grave infección respiratoria, ha sido propenso a resfriados y ataques de bronquitis.

A partir de su audiencia general semanal del 5 de febrero, el Papa Francisco ha hecho que un ayudante lea la mayor parte de sus homilías y discursos preparados en misas y audiencias públicas.

El Santo Padre explicó que hablar le resultaba difícil cuando se dirigió a los visitantes de la audiencia del 5 de febrero antes de entregarles su texto.

En la Misa del 9 de febrero por el Jubileo de las Fuerzas Armadas, Policía y Cuerpos de Seguridad, se disculpó diciendo que tenía "dificultad para respirar".

En su audiencia general del 12 de febrero, se disculpó por no haber pronunciado él mismo el discurso principal, diciendo que era "porque todavía no puedo con mi bronquitis. Espero poder hacerlo la próxima vez".

Pero en todas esas ocasiones públicas, tomó el micrófono para hacer un llamado a orar por la paz y dar su bendición.