byPor Carol Glatz, Catholic News Service
En esta foto tomada el 11 de enero de 2024 en Davos, Suiza, se puede ver una reflexión sobre un cartel de la reunión anual del Foro Económico Mundial. La reunión celebrada en Davos del 15 al 19 de enero de 2024 congregó a representantes del mundo empresarial, gubernamental, académico y de los medios de comunicación para debatir una serie de temas. (Foto CNS/Pascal Bitz, cortesía World Economic Forum)
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CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Las naciones y las empresas deben trabajar juntas para promover modelos éticamente sólidos de globalización, dijo el Papa Francisco a los líderes mundiales de negocios y de gobierno.
"¿Cómo es posible que en el mundo actual se muera todavía de hambre, que se explote a la gente, que se la condene al analfabetismo, que carezca de atención médica básica y que se quede sin un techo?", preguntó en un mensaje enviado al Foro Económico Mundial de Davos, Suiza.
"El proceso de globalización, que ya ha demostrado claramente la interdependencia de las naciones y de los pueblos del mundo, tiene por tanto una dimensión fundamentalmente moral, que debe hacerse sentir en los debates económicos, culturales, políticos y religiosos que pretenden configurar el futuro de la comunidad internacional", escribió.
El mensaje del Papa, dirigido a Klaus Schwab, presidente del Foro Económico Mundial, fue publicado por el Vaticano el 17 de enero.
El encuentro anual de Davos, celebrado del 15 al 19 de enero, reunió a representantes del mundo empresarial, gubernamental, académico y de los medios de comunicación para debatir una serie de temas: seguridad y cooperación; crecimiento y empleo; inteligencia artificial; y clima, naturaleza y energía.
En su mensaje, el Papa escribió: "En un mundo cada vez más amenazado por la violencia, la agresividad y la fragmentación, es esencial que los Estados y las empresas se unan para promover modelos de globalización con visión de futuro y éticamente sólidos".
Estos modelos deben implicar "subordinar la búsqueda del poder y el beneficio individual, ya sea político o económico, al bien común de nuestra familia humana, dando prioridad a los pobres, los necesitados y los que se encuentran en situaciones más vulnerables", escribió.Debido a la naturaleza global de muchos negocios y finanzas, las naciones "tienen una capacidad limitada para gobernar los rápidos cambios de las relaciones económicas y financieras internacionales", continuó."Esta situación exige que las propias empresas se guíen cada vez más no sólo por la búsqueda de un justo beneficio, sino también por elevados estándares éticos, especialmente en relación con los países menos desarrollados, que no deben estar a merced de sistemas financieros abusivos o usureros", escribió."El auténtico desarrollo debe ser global, compartido por todas las naciones y en todas las partes del mundo, o retrocederá incluso en áreas caracterizadas hasta ahora por un progreso constante", puntualizó."Espero, por tanto, que los participantes en el foro de este año sean conscientes de la responsabilidad moral que cada uno de nosotros tiene en la lucha contra la pobreza, la consecución de un desarrollo integral para todos nuestros hermanos y hermanas, y la búsqueda de la convivencia pacífica entre los pueblos", escribió el Papa.